Cuenta la leyenda que este héroe americano del siglo XIX se ganaba la vida con un martillo, clavando los tornillos que sujetaban las vías del tren, en su expansión por el oeste. Hasta que un día inventaron un martillo a vapor que facilitaba la tarea de los hombres. John Henry pensó que era el fin de su trabajo y el de sus compañeros y se apostó a que podía clavar más tornillos que la máquina. Así fue: ganó la apuesta, pero perdió la vida.
He encontrado estas dos versiones, una más folk de Bruce Springsteen y otra más roquera de Van Morrison.
Enjoy it!!
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