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jueves, 3 de octubre de 2013

SALGA EL SOL POR ANTEQUERA... O QUE SE PONGA POR DONDE QUIERA

Se utiliza esta frase proverbial para demostrar indiferencia o despreocupación por el resultado de cualquier acción que vaya a emprenderse.
El dicho suele completarse de la siguiente forma:"salga el sol por Antequera y póngase por donde quiera", con lo que se acentúa el sentido de despreocupación que encierra la frase. Es como si se dijese "salga y póngase el sol por donde le dé la gana porque da igual". ¿Y qué cuenta la bella Antequera, la de las célebres nuevas neolíticas de Menga y del Romeral, la de la curiosa formación geológica conocida por el Torcal, entre otros muchos atractivos, con la salida o la puesta del sol?
El origen de esta frase popular data del tiempo de la conquista de Granada por los Reyes Católicos. Como es sabido, para esta conquista, los soberanos españoles establecieron cerca de la capital, de Granada, un campamento militar que más tarde llegaría a convertirse en la ciudad de Santa Fe. Desde ese campamento se planeó atacar, en su momento, aprovechando la coyuntura favorable del sol, es decir, procurando evitar que les diese de cara a las tropas. La respuesta de los mandos, muy evalentonados, fue que les daba igual que el sol les diese por la cara, de frente, que por detrás; que saliese o se pusiese por un lado o por otro, que ello no iba a obstaculizar el triunfo.
Antequera-puede observarse en un mapa -está al oeste de Granada, no al este, al Levante, que es por donde sale el sol. Es imposible por tanto que estando en Granada, o al atacar a Granada desde Santa Fe, el sol salga por Antequera y pueda molestar a los soldados. Precisamente esa imposibilidad es la que le da toda la fuerza  expresiva al dicho.
Para las tropas, para los mandos que iban a conquistar Granada les daba igual que el sol saliese por Antequera y se pusiese por donde quisiera. ¡Tan seguros estaban de su vistoria! Como así sucedió. Abu Abd Alá, llamado Boabdil el Chico, rey de Granada entregó las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos, el 2 de enero de 1492, momento en que a su madre, la sultana Aixa la Horra le dijo aquella famosa frase de "Llora, llora como una mujer, ya que nohas sabido defenderte como un hombre". Lo que no han contado en las crónicas es si las lágrimas de Boabdil se apreciaban mejor porque el sol le daba en la cara...

Escrito por Nerea, 6ºB

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